Innovar tiene tradición en Weingärtner.

Las máquinas no se producen para los mercados, sino que las producen personas para personas. Para producir máquinas se requieren visiones más cercanas al cliente y más económicas y duraderas. A lo largo de los cincuenta años de historia de nuestra empresa hemos producido siempre máquinas extraordinarias, ya que perseguíamos una meta clara: convertir lo extraordinario en un patrón.

Se habla mucho de valores. Nosotros los aplicamos.

Diligencia, compromiso, artesanía y lealtad: en principio parecen conceptos algo anticuados, pero resultan eficaces. Para crecer se precisa de una base sólida sobre la que desarrollarse. Los empleados de Weingärtner tienen raíces en la región y están abiertos a las novedades, a los nuevos desafíos y a los nuevos deseos de los clientes. La apertura y la adherencia permiten nuevos modelos en la ingeniería mecánica. La confluencia del arraigo regional del fundador de nuestra empresa, Friedrich Weingärtner, y la perspectiva abierta al mundo permiten exportar al exterior los nuevos conocimientos técnicos made in Kirchham, así como entusiasmar a los clientes.

La responsabilidad social suena bien, pero es mejor cuando se aplica.

Nuestra labor se basa en la responsabilidad social para con nuestros empleados y nuestro entorno. Valorar a todos los integrantes de forma individual, así como la colaboración en un equipo único, constituyen una fuente de la que brotan éxito y nuevos modelos en el sector.

Generalmente, lo excepcional.

¿Se enfrenta a desafíos fuera de lo común? ¿No quiere que le tratemos como a un cliente más? ¿Suele tener ideas excepcionales? Si es así, somos su socio. Las soluciones mediocres no son lo nuestro. Valoramos la tecnología sumamente eficiente, para lo que precisamos de personas que piensen un paso por delante. Personas en las que se pueda confiar. En Weingärtner encontrará un socio cumplidor. Déjese convencer.